Despacito y con buena letra
- Ruth Z. Yuste Alonso
- Feb 13, 2017
- 2 min read
Saber expresarse es tan importante en el campo de la ingeniería como desarrollar soluciones creativas y prácticas. De nada vale una propuesta ingenieril si la persona no es capaz de comunicarla de manera adecuada. Por esta razón, las próximas semanas las vamos a dedicar a trabajar la expresión escrita y, en concreto, vamos a profundizar en tres tipos de textos: descriptivo, expositivo y argumentativo.
La descripción es fundamental a la hora de detallar los diferentes aspectos que componen un diseño. Hay diferentes tipos de descripciones, algunas más complejas y otras más sencillas. Sin embargo, todas cumplen un mismo objetivo: conseguir que el lector tenga una imagen mental del diseño propuesto antes incluso de proceder a explicar cómo funciona. A nivel de lengua, debemos prestar especial atención a los adjetivos como, por ejemplos, aquellos relacionados con la forma, el tamaño, el color o el material del diseño de ingeniería propuesto. Una buena fuente de información para familiarizarse con distintos tipos de descripciones en el ámbito de lo tecnológico y la ingeniería lo podemos encontrar en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), concretamente en la base de datos de la sección de "diseños".
La exposición es esencial para explicar cómo funciona o debe operar un diseño. Esto supone prestar especial atención a las formas verbales, sobre todo al imperativo y a ciertas perífrasis verbales. Podemos encontrar buenos ejemplos en los manuales de los dispositivos electrónicos que usamos de manera habitual (los móviles, por ejemplo), ya que muchos de estos suelen venir en varios idiomas.
La argumentación es, por último, lo que da sentido al diseño propuesto: ¿por qué esta solución y no otra? Ofrecer una buena argumentación no es siempre sencillo. Por este motivo, es importante practicar y desarrollar el espíritu crítico necesario para no solo pensar en cómo argumentar nuestras ideas, sino también como contra-argumentarlas. A fin de cuentas, una buena idea no está libre de inconvenientes y, a la hora de ofrecer soluciones, es importante justificar por qué la elegida es la mejor a pesar de los posibles aspectos en contra.
Sin duda, no se aprende a escribir de la noche a la mañana. No obstante, si se hace despacio y con buena letra, se puede desarrollar gradualmente la expresión escrita de forma adecuada. Así pues, las próximas semanas las dedicaremos a la práctica de la escritura y, en particular, la realización de estos tres tipos de texto.

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